Tu alimentación es como una falla, bonita por fuera y vacía por dentro

Nutrientes y Saciedad: ¿cómo podemos estar obesos y malnutridos?


La paradoja del siglo XXI es esta:

Tenemos más comida que nunca, pero estamos cada vez más malnutridos.

Comemos más, pesamos más, enfermamos más… y aun así nuestro cuerpo funciona como si estuviera en carencia constante.

Esta contradicción no es casualidad.

Es el resultado directo de un modelo alimentario en el que la comida abunda, pero los nutrientes escasean.

Y la mejor manera de entenderlo es distinguir entre dos palabras que solemos confundir:

  • Desnutrición: no comes lo suficiente.
  • Malnutrición: comes, incluso demasiado… pero mal.

Hoy te voy a explicar por qué tanta gente vive atrapada en la misma situación:

  • hambre constante,
  • falta de energía,
  • antojos,
  • aumento de peso,
  • inflamación,
  • ansiedad por comer,
  • digestiones pesadas,
  • y esa sensación de “como bien pero no lo noto”.

La respuesta casi siempre es la misma:

Tu cuerpo no está recibiendo los micronutrientes que necesita para funcionar.

Y como no los recibe… sigue pidiendo comida.


1. La epidemia silenciosa: estar lleno, pero vacío


En la consulta vemos cada semana personas que comen bastante, incluso demasiado, pero aun así están malnutridas.

¿Cómo es posible?

Muy simple:

porque la comida que hoy abunda es la que menos alimenta.

Los ultraprocesados se han convertido en el alimento más accesible, barato, cómodo, adictivo y presente en la dieta moderna.

El problema es que aportan energía (calorías), pero apenas aportan nutrientes esenciales (vitaminas, minerales, antioxidantes, aminoácidos).

Es decir:

la gente come calorías, pero no come nutrición.

El resultado es devastador:

  • más obesidad
  • más ansiedad
  • más inflamación
  • más hambre
  • más fatiga
  • más problemas digestivos
  • más enfermos con aparente “exceso de comida”
  • y, paradójicamente… más malnutrición

Sí, puedes tener sobrepeso… y estar desnutrido al mismo tiempo.


2. Macronutrientes vs. Micronutrientes: lo que casi nadie te explicó


Cuando comemos, ingerimos dos tipos de nutrientes:

Macronutrientes (proteínas, grasas, carbohidratos)

Son la gasolina.

Nos dan calorías y energía.

Micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos)

Son el lenguaje interno del cuerpo.

Permiten que funcione el metabolismo, la inmunidad, las hormonas, las enzimas, el cerebro y la reparación celular.

Ahora viene lo importante:

La saciedad real no viene de las calorías, viene de los micronutrientes.

Tu cuerpo deja de pedir comida cuando obtiene los nutrientes que necesita para funcionar.

Si comes alimentos pobres en micronutrientes —aunque tengan muchas calorías— tu cuerpo interpreta que sigues en déficit, así que envía señales de hambre.

Esto explica esta frase brillante del artículo original:

“Seguimos comiendo para obtener micronutrientes… pero los alimentos que consumimos no los contienen.”

Y así empieza el círculo vicioso:

comes

→ no te nutres

→ sigues teniendo hambre

→ vuelves a comer

→ te malnutres más

→ vuelves a tener hambre

Obesidad con hambre crónica.

Sobrepeso con deficiencia.

Estómago lleno, cuerpo vacío.


3. El papel de los ultraprocesados: calorías sin vida


El gran culpable no es comer mucho.

El problema es comer “mucho de lo que no nutre”.

Los ultraprocesados aportan:

  • calorías altas
  • densidad nutricional baja
  • palatabilidad adictiva
  • grasas procesadas
  • edulcorantes
  • azúcares añadidos
  • harinas degradadas
  • conservantes y químicos

Y casi nada de:

  • vitaminas
  • minerales
  • antioxidantes
  • fibra real
  • aminoácidos esenciales
  • grasas saludables

Es decir: aportan volumen, sabor y energía… pero no reparación.

Por eso la gente engorda pero no mejora.

Por eso hay cansancio, inflamación, digestiones pesadas, hígado saturado y ansiedad por comer.

Es como si intentaras llenar una piscina tirándole cubos con agujeros:

parece que trabajas mucho, pero la piscina sigue vacía.


4. ¿Por qué puedes estar obeso y malnutrido? Explicación desde la PNI


La PNI (Psiconeuroinmunología) lo resume en una frase:

“No es la cantidad de comida, es la calidad de la señal metabólica que recibe tu cuerpo.”

Si tu dieta está basada en alimentos pobres en micronutrientes:

  • tu metabolismo se ralentiza
  • tu tiroides funciona peor
  • tu cerebro recibe señales de hambre constante
  • tus hormonas se desregulan
  • tu sistema inmune se inflama
  • tu intestino pierde diversidad
  • tu energía cae
  • tus antojos suben
  • tu capacidad de quemar grasa se altera

Y lo peor:

crees que “comes mucho”… cuando en realidad no estás comiendo lo que tu cuerpo necesita.


5. Las deficiencias de micronutrientes más comunes


Los estudios internacionales muestran que los déficits más extendidos son:

  • Hierro
  • Zinc
  • Folato
  • Vitamina A
  • Vitamina B12
  • Calcio
  • Vitamina D (la más común de todas)

Estas carencias pueden provocar:

  • fatiga crónica
  • anemia
  • bajo rendimiento cognitivo
  • depresión y ansiedad
  • piel y mucosas debilitadas
  • sistema inmune bajo
  • problemas hormonales
  • deterioro cognitivo
  • riesgo de demencia
  • retraso en el crecimiento infantil
  • lesiones de repetición
  • disfunción digestiva
  • inflamación sistémica

Y esto no se arregla “comiendo más”.

Se arregla comiendo mejor.


6. ¿Qué alimentos sí nutren?


Aquí es donde la ciencia es muy clara:

Los alimentos más densos en micronutrientes son:

  • hígado y vísceras
  • verduras de hoja verde
  • marisco y moluscos
  • pescado azul
  • huevos
  • frutos secos
  • tubérculos
  • frutas enteras
  • carne de pasto
  • legumbres bien cocinadas

Y aquí los alimentos con peor densidad nutricional:

  • bollería
  • snacks
  • pizzas
  • pasta blanca
  • dulces
  • refrescos
  • harinas refinadas
  • comida rápida
  • bebidas energéticas

¿La diferencia?

Los primeros alimentan.

Los segundos solo llenan.


7. Comer “más fácil” también enferma


Uno de los puntos más graves del artículo original, y con el que en Therapeutes estamos totalmente de acuerdo, es este:

“La disponibilidad de calorías sube, pero su calidad baja.”

Hoy puedes comer muchísimo sin cocinar, sin masticar y sin esfuerzo.

Pero a ese modelo le falta vida.

Faltan nutrientes.

Falta biología real.

La consecuencia más grave —demostrada en estudios recientes— es que el consumo de ultraprocesados deteriora la función cognitiva.

Comer mal no solo te hace engordar.

Te hace pensar peor.

Y esa es una alarma que no deberíamos ignorar.


8. Desde la PNI: recuperar la saciedad real


Desde la PNI la estrategia no es comer menos.

La estrategia es aportar más densidad nutricional.

Cuando comes alimentos reales y ricos en nutrientes:

  • disminuye la inflamación
  • aumenta la saciedad
  • desaparecen los antojos
  • baja la ansiedad por comer
  • mejora la microbiota
  • estabilizas la energía
  • reduces dolores crónicos
  • mejoras tu estado de ánimo
  • pierdes peso sin sufrir

No necesitas fuerza de voluntad.

Necesitas alimentación real.


9. ¿Qué hacemos en Therapeutes?


Aquí es donde un abordaje profesional marca la diferencia.

En consulta evaluamos:

  • tus hábitos
  • tus niveles de micronutrientes
  • tu patrón digestivo
  • tu gestión del estrés
  • tu descanso
  • tu inflamación basal
  • tu relación con la comida
  • tu microbiota
  • tus señales de hambre y saciedad

Y con esa información diseñamos un plan nutricional PNI, basado en:

  • quitar lo que te inflama
  • añadir lo que tu cuerpo necesita
  • ajustar la digestión
  • regular tus señales de hambre
  • mejorar tu microbiota
  • optimizar micronutrientes

La frase del correo lo resume todo:

“Más no es mejor. Mejor es mejor.”

Tu cuerpo no está pidiendo más comida.

Está pidiendo nutrientes.


10. Conclusión: estás a una buena decisión de dejar de sentir hambre para siempre


La malnutrición moderna no es una cuestión de pobreza.

Es una cuestión de desinformación, sobreabundancia y alimentación vacía.

La solución no es hacer dietas extremas.

Ni comer menos.

Ni contar calorías.

Ni matarte a deporte con hambre.

La solución es volver al origen:

comer alimentos densos, naturales y reales.

Si comes mejor, mejoras tu salud.

Si mejoras tu salud, tu cuerpo deja de pedir comida.

Si tu cuerpo deja de pedir comida, vuelves a vivir en equilibrio.

Y ese es el objetivo.



cita con Cesar






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