Hitos de motricidad en bebés de 0 a 2 años: la guía que todo padre debería conocer


Introducción: cuando cada movimiento importa

Ser padre primerizo cambia tu forma de mirar el mundo. De repente, lo que antes pasaba desapercibido se convierte en un hito: el primer gesto, la primera sonrisa, el primer giro de cabeza, el primer intento de agarrar un juguete. Y detrás de cada pequeño avance se esconde algo enorme: el desarrollo motor de tu hijo.

Los primeros dos años de vida son un viaje vertiginoso en el que tu bebé pasa de ser un recién nacido completamente dependiente a convertirse en un pequeño explorador que camina, corre y se sube a los muebles. Es un proceso tan fascinante como delicado. Porque sí, cada niño tiene su ritmo, pero hay etapas clave que no se pueden ignorar.

Como padre (y aquí hablo también desde mi propia experiencia), lo normal es preguntarte:

  • ¿Está mi hijo desarrollándose como debería?
  • ¿Voy tarde si aún no se sienta solo?
  • ¿Es normal que todavía no gatee?
  • ¿Qué puedo hacer yo en casa para ayudarlo?

Este artículo quiere ser una guía clara y directa: qué esperar en cada etapa, qué señales deberían encender la alarma y qué puedes hacer en casa… hasta dónde. Porque si detectas que tu hijo se queda atrás, el siguiente paso no son más ejercicios caseros, sino una valoración profesional.


1. De 0 a 3 meses: los reflejos que lo inician todo


Lo que deberías ver

En los primeros meses, tu bebé vive en el mundo de los reflejos. Parece que todo ocurre de manera automática, pero esos movimientos reflejos son el punto de partida de la movilidad futura.

  • Reflejo de prensión: si le pones un dedo en la mano, lo agarra con fuerza.
  • Reflejo de búsqueda: si le acaricias la mejilla, gira la cabeza buscando el pecho.
  • Reflejo de moro: ante un ruido fuerte, abre los brazos como asustado y luego los recoge.
  • Movimientos espontáneos de brazos y piernas, que parecen caóticos, pero ejercitan músculos y articulaciones.

A partir de la semana 8, empiezas a ver intentos de levantar la cabeza cuando está boca abajo. Quizá solo aguante unos segundos, pero ese pequeño gesto significa que su cuello y su espalda empiezan a fortalecerse.


Señales de alerta

Aquí no conviene obsesionarse, pero sí estar atentos:

  • Si no reacciona a sonidos fuertes ni a tu voz.
  • Si su cuerpo parece muy rígido, como en tensión constante.
  • Si por el contrario está demasiado flácido, sin fuerza para mover brazos o piernas.
  • Si hacia los 3 meses no intenta levantar nada la cabeza cuando está boca abajo.


Qué puedes hacer en casa

  • Tummy time: llevarlo a boca abajo unos minutos al día, siempre vigilado. no te fijes en el tiempo que está boca abajo, sino en cuantas veces lo llevas a boca abajo al cabo del dia.
  • Contacto piel con piel: no es solo emocional, también es motor: le da seguridad y activa su sistema nervioso.
  • Mapea su cuerpo: generale un contacto tipo masaje de presión suave. puedes hacerlo por encima de la ropa. Toquetea y mueve su cuerpo, ayuda a que tome conciencia de su cuerpo.


2. De 3 a 6 meses: sostener la cabeza y girarse


Lo que deberías ver

Entre los 3 y 6 meses, los movimientos dejan de ser solo reflejos. Tu bebé empieza a controlar su cuerpo de forma consciente.

  • A los 3–4 meses, su cabeza ya es firme al cogerlo en brazos.
  • Descubre sus manos y se pasa ratos mirándolas, chupándolas, jugando con ellas.
  • Empieza a girarse de boca arriba a boca abajo (y viceversa).
  • Se interesa por los objetos cercanos e intenta alcanzarlos.


Señales de alerta

  • Si a los 4 meses su cabeza sigue cayendo hacia atrás cuando lo incorporas.
  • Si a los 5–6 meses no hace ningún intento de girarse.
  • Si permanece excesivamente quieto, sin explorar con brazos ni manos.


Qué puedes hacer en casa

  • Juguetes a un lado: coloca un objeto llamativo para animarle a girarse.
  • Dar objetos blandos: para estimular la prensión voluntaria.
  • Cambiar de postura con frecuencia: boca arriba, boca abajo, sostenerlo sentado con sujección sobre tus brazos… cuanta más variedad, mejor.

Aquí ya puedes detectar si tu hijo muestra curiosidad motora. Si no intenta explorar, conviene consultarlo.


3. De 6 a 9 meses: sentarse y explorar el entorno


Lo que deberías ver

Este es un periodo de grandes progresos. Tu bebé empieza a ganar autonomía y la postura sentada cambia su forma de relacionarse con el mundo.

  • Entre los 6 y 7 meses puede mantenerse sentado con apoyo y, poco después, sin él.
  • Aprende a pasar objetos de una mano a otra.
  • Golpea dos juguetes entre sí.
  • Empieza a arrastrarse o a moverse hacia atrás.
  • Reacciona activamente a voces y sonidos familiares.


Señales de alerta

  • Si a los 8–9 meses no logra mantenerse sentado ni con apoyo.
  • Si no muestra curiosidad por los objetos que le rodean.
  • Si parece rígido o, por el contrario, demasiado flácido para sostenerse.


Qué puedes hacer en casa

  • Sentarlo a horcajadas sobre tu regazo sostenido.
  • Colocar juguetes a cierta distancia y a la altura de su mirada, para animarle a desplazarse.
  • Ofrecer texturas diferentes: pelotas, cubos, mordedores.

Aquí se construyen las bases para el gateo. Un retraso en sentarse puede significar también un retraso en todo lo que viene después.


4. De 9 a 15 meses: gateo, ponerse de pie y primeros pasos


Lo que deberías ver

La etapa más emocionante: el paso hacia la verticalidad.

  • Entre los 9 y 10 meses gatea o se desplaza arrastrándose.
  • Entre los 11 y 12 meses empieza a ponerse de pie con apoyo.
  • Entre los 12 y 15 meses da sus primeros pasos.

El gateo, aunque algunos bebés lo “salten”, es fundamental: desarrolla coordinación, fuerza y equilibrio. No conviene forzarlo a caminar demasiado pronto.


Señales de alerta

  • Si a los 10–11 meses no hay intención de desplazarse de ninguna manera.
  • Si a los 12 meses no intenta ponerse de pie con apoyo.
  • Si a los 15 meses aún no da pasos con ayuda.


Qué puedes hacer en casa

  • Juguetes al otro lado de la alfombra ... para motivar el gateo.
  • mantener al bebé descalzo! aumenta el agarre y la estabilidad de los pies para ponerse en pie. ​
  • Superficies seguras y estables (sofás bajos, mesas firmes) para que se agarre.

Aquí los padres suelen relajarse al ver los primeros pasos, pero es también donde más comparaciones surgen. Y la verdad es que sí, si un niño no gatea ni camina hacia los 15 meses, hay que prestarle atención.


5. De 15 a 24 meses: caminar, correr y autonomía


Lo que deberías ver

La explosión de la independencia.

  • Entre los 15 y 18 meses ya camina solo.
  • Poco después empieza a correr, aunque aún con torpeza.
  • Aprende a subir escaleras con apoyo y hacia los 2 años a bajarlas.
  • Puede arrastrar y empujar objetos, lanzar pelotas, saltar con ambos pies.
  • Mejora la motricidad fina: torres de cubos, garabatos, pasar páginas.

Señales de alerta

  • Si a los 18 meses no camina de forma autónoma.
  • Si se cae con excesiva frecuencia o parece no tener equilibrio.
  • Si no muestra interés por moverse o imitar acciones.

Qué puedes hacer en casa

  • Animarle a caminar en espacios seguros como pasillos o parques.
  • Subir escalones de tu mano.
  • Juegos de pelota: rodar, empujar, lanzar.
  • Actividades de construcción y encajables.


Conclusión: cada niño a su ritmo, pero no sin vigilancia

Es verdad: cada niño tiene su ritmo. No pasa nada si tu bebé camina a los 14 meses y el de tu amiga lo hizo a los 11. Pero sí pasa algo si con 18 meses aún no camina, o si a los 9 meses ni se sienta, o si a los 4 meses no sostiene la cabeza.

Ahí es cuando los padres deben dejar de esperar y buscar ayuda. Porque lo que ahora parece un pequeño retraso, mañana puede complicar la vida escolar, la coordinación o incluso la autoestima del niño.

En Therapeutes contamos con profesionales especializados en desarrollo motor infantil para evaluar con precisión el estado de tu hijo. Si tienes dudas, no lo dejes pasar: un diagnóstico temprano y un plan de estimulación pueden marcar la diferencia.


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